LO MEJOR DE LA VIDA... PASO?

AÚN ESTA POR LLEGAR!

No paso, ni pasará... siempre esta por venir el mejor momento.
Aunque creamos que hemos vivido todo, es imposible. Podremos tener 1000 años y seguiremos viviendo nuevas emociones y emocionándos con afectos que no teníamos idea podíamos llegar a sentir.
Nunca somos del todo sabios ni del todo jóvenes. Tampoco demasiado viejos ni incrédulos.
Nuestras almas están abiertas a un constante devenir de maravillosas vivencias.
Personas que conocen a otras personas con quienes nosotros mismos en algún momento de nuestras vidas tuvimos contacto. Y simplemente basta un sencillo cruce de palabras para darnos cuenta que estamos más cerca de lo que hubiéramos imaginado jamás. Que las distancias son relativas si desde el corazón nos animamos a dejarlas de lado y mantenemos intactos los lazos afectivos y nuestra mente abierta al flujo constante de comunicación actual.
Los que están lejos, los que estamos lejos, en realidad estamos a la distancia de marcar un número telefónico. La voz de esa querida persona, nos llenara la mente de recuerdos imborrables que nos completaran el día, la semana, el mes. Y tan solo, marcamos un número. El contacto físico es importante. Pero nuestros sentidos en realidad se alimentan con emociones intangibles y la voz penetrando nuestros cerebros, procesándose en nuestras neuronas... llena nuestras células de un elixir de amor que nos cuida y nos protege de toda soledad y desamparo.
ESTAMOS AQUÍ Y AHORA.
Mañana será un gran día.
No te olvides de recordarlo.
FELIZ FIN DE SEMANA!!!

Cambiamos con el tiempo... En cada estación? O somos iguales siempre.

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   CAMBIAMOS EN CADA ESTACIÓN DEL AÑO

   
   

   
   

   Somos personas de hábitos consumados. Aún así tenemos la oportunidad de realizar pequeños cambios en nuestra vida que nos vienen dados por la naturaleza.

   Sabia Madre Natura, que cambia como sí su piel se transformara al llegar la primavera, con tanto color y alegrías. Nuestro estado de ánimo también se ve influenciado por esta renovación de la vida.

   En otros países de diferente hemisferio que este, por estos días están aceptando el Otoño que desnuda sus árboles. No sin antes regalarles un abanico bellísimo de hojas amarillas, marrones, rojas, verde lima, flotando en el aire mientras caen, cubriendo el suelo como una alfombra maravillosa que nos regala otra vez la naturaleza. Y que a nuestros ojos (a los ojos de los afortunados que se permiten verlo...) son un milagro admirable.

   Humanos limitados por nuestros miedos y costumbres. Permitámonos ver lo que siempre estuvo allí para nuestro espíritu y que pocas veces podemos disfrutar. Porque estamos demasiado liados con nuestro devenir económico, nuestras dolencias físicas y todo el pandemónium que nos rodea.

   Cambiamos en cada estación del año. Nos ponemos ropa gorda y de mucho abrigo en Invierno. La misma que nos quitamos desesperados con los primeros soles primaverales y volvemos a buscar con los aires frescos del Otoño.

   Sin darnos cuenta, vamos cambiando por fuera. Nuestras capas de ropa, hasta casi desnudarnos en Verano. Cuando el sol nos deshiela como estalactitas pendientes de la roca.  Igualmente, no nos permitimos verlo, muchas veces tan solo odiamos cada estación porque el polen nos trae alergias. El calor nos molesta. El frío nos desagrada. Y las épocas de lluvias bienhechoras... nos gustan menos que todo.

   Nuestra oportunidad de adaptarnos es lo que tenemos que encontrar dentro nuestro. Como los niños que saltan en los charcos de la lluvia. Pisoteando y jugando, sin pensar en que se mojan o pueden coger un resfriado. Son felices. Auténticos y sinceramente ellos mismos. Disfrutando el momento. Es muy difícil para muchos de nosotros graves adultos pasar página y dejarnos llevar por el simple y fabuloso instante en el que nuestros pensamientos son una conjunción con la vida. Que la vemos en todo su esplendor y nos atrevemos a fundirnos en ella. Para, por un breve instante, detenernos en el espacio tiempo solo para sentir con todas nuestras células que estamos vivos. SIN RETACEOS NI PENSAMIENTOS NEGATIVOS.

   Somos humanos, tenemos derecho a ser naturales.